En nuestro post de esta semana queremos hablar sobre una patología que en muchos casos no está bien diagnosticada. Nos referimos al lipedema. Pretendemos con este post aportar información sobre qué es esta patología, los criterios que ayudan a diagnosticarla y sobre todo que posibilidades terapéuticas tenemos.
Hay ocasiones en que nos llegan pacientes a nuestro centro, generalmente mujeres, que incluso habiendo perdido peso no eliminan el volumen de las piernas ni con dieta ni con ejercicio físico; además presentan un aspecto desproporcionado en cuanto al volumen de los miembros inferiores y el resto del cuerpo, de tal forma que la piernas aparecen edematizadas (comúnmente “hinchadas”) a modo de columna, donde las rodillas y tobillos se aprecian también afectados, mostrando sin embargo la apariencia de los pies normales, sin ningún signo de edema. Podríamos estar en el caso de la enfermedad de lipedema. Si eres una de las personas que tiene ese problema queremos explicarte en qué consiste esta patología y como puedes abordarla.
¿Qué es el lipedema?
El lipedema, consiste en una enfermedad inflamatoria crónica progresiva, de origen mixto genético, hormonal y nutricional, que afecta al tejido celular subcutáneo, especialmente a los adipocitos (células grasas) de determinadas zonas del cuerpo.
Aunque aún no podemos asegurar el origen de esta enfermedad, recientes investigaciones demuestran una inflamación del tejido adiposo en las zonas afectadas, con aumento de la proporción de macrófagos inflamatorios, que producen proliferación de adipocitos a partir de las células madre presentes en estos tejidos.
Esta proliferación adipocitaria va produciendo, según avanza, y principalmente por compresión, una situación de insuficiente vascularización y escaso drenaje venoso y linfático lo que conlleva una hipoxia tisular con el subsiguiente aumento de la inflamación, y la instauración de un círculo vicioso (inflamación, proliferación, inflamación).
Diferencias entre lipedema y linfedema
Esta enfermedad es poco conocida y mal diagnosticada, tanto a nivel de población general como en el colectivo médico. En la literatura científica se le conoce por diversos nombres (Lipomatosis Dolorosa, Lipohipertrofia Dolorosa, Lipalgia, Adiposalgia, pierna columna dolorosa).
Los errores más habituales de diagnóstico tienen lugar al confundirla con obesidad o linfedema. Ya afirmábamos al principio, que personas que han recuperado su peso saludable después de una dieta de adelgazamiento, siguen sin perder el volumen de las piernas, por lo que la obesidad debería ser rápidamente descartada.
En cuanto al Linfedema, consiste en un tipo de edema producido por una obstrucción en los canales linfáticos del organismo. Se produce por la acumulación de la linfa (compuesta por un líquido claro rico en proteínas y fibroblastos) en los espacios intersticiales (área existente entre las distintas células de un tejido), dentro del tejido celular subcutáneo.
Obedece por lo general a un fallo o a una insuficiencia en el sistema linfático, y trae como consecuencia el aumento del volumen de las extremidades, en forma completa o parcial, y la desaparición de los relieves que por debajo de la piel se aprecian.
El Linfedema puede ser primario (10%) generalmente por daño congénito de los conductos linfáticos, o secundario (90%) por obstrucción o interrupción del sistema linfático, siendo la causa más frecuente la postquirúrgica (mastectomía en las mujeres y prostatectomía en los hombres) y los traumatismos.
Es fundamental realizar ciertas preguntas en nuestra historia clínica que nos ayuden a clarificar ante qué tipo de edema estamos. Por ello, mostramos a continuación, una tabla con las características principales que pueden diferenciar el Lipedema del Linfedema
¿Cómo se puede tratar?
En el lipedema, encontramos cuatro campos poco estudiados aún, que parecen tener relación bastante directa con esta patología: Genético, Nutricional, Hormonal e Inflamatorio.
En el aspecto nutricional se relaciona con Intolerancia al gluten, por ello una de las medidas conservadoras incluye tratar de descubrir si hay una intolerancia al gluten y en consecuencia eliminar el gluten de la dieta.
Las alternativas de tratamiento más contrastadas son hasta el momento la Terapia físico descongestiva (TFD) como tratamiento conservador y la liposucción asistida por agua a presión (Water-Jet Assisted Liposuction) como tratamiento quirúrgico.
Esta técnica quirúrgica se utiliza para no dañar los conductos y ganglios linfáticos durante la liposucción. No obstante la revisión de la literatura médica, habla de un riesgo claro incluso con esta técnica. Cualquier técnica quirúrgica es absolutamente desaconsejable en el Lipo-linfedema y en los grados avanzados. El resto de técnicas quirúrgicas con liposucción es frecuente que empeoren en lugar de mejorar, por dañar frecuentemente los conductos linfáticos.
Entre las técnicas conservadoras, encontramos varias posibilidades: mesoterapia con medicación antiinflamatoria y la terapia físico descongestiva como mencionábamos anteriomente. La TFD consiste en drenaje manual de miembros inferiores unido a presoterapia y vendaje contención multicapas en los casos en que es necesario. Previamente al drenaje, podemos tratar de romper las células grasas con ultrasonido de baja frecuencia o cavitación, sustituyendo así a la cirugía sin riesgo de dañar los capilares linfáticos.
Estas alternativas al tratamiento quirúrgico puedes encontrarlas en nuestro centro. En Fisioterapia Bahía podemos ayudarte a saber si el origen de tu problema es linfático o de tejido graso, y a buscar soluciones que van más allá de las dietas. Ponte en contacto con nosotros o llámanos al 956073743 y te informaremos detenidamente.